Filtros para miel

Es un utensilio utilizado para eliminar las impurezas que pueda contener la miel tras la extracción, como trozos de cera, propóleos, restos de abeja o partículas de tierra.

Cuando la miel se pasa por el filtro, se obtiene una sustancia limpia y con apariencia más cristalina, además de ser mucho más sabrosa y agradable para el paladar de los consumidores.

La principal razón es para eliminar los restos que puedan quedar dentro de la miel, y que puedan contaminarla o afectar a su sabor.

La segunda razón es para que la miel tenga un aspecto más limpio y atractivo para el consumidor. Además, también facilita el envasado de la miel, ya que evita las obstrucciones de los embudos y botellas.

Los filtros se agrupan en categorías según el material de fabricación y el tamaño del poro, siendo los más comunes:

- Filtros de tela que se fabrican con algodón o nylon. Son los más económicos y fáciles de limpiar.

- Los filtros de acero inoxidable que son más duraderos y resistentes, ideales para los que van a filtrar miel continuamente.

- Los filtros de nylon, que ofrece una buena combinación de resistencia y filtración.

Depende del grado de filtrado que quieras obtener. Piensa que según su tamaño, podrá eliminar mejor o peor las impurezas de la mie. Por ejemplo, si es un poro grande, solo eliminará las impurezas más grandes, mientras que los más pequeños te permiten obtener una filtración más fina.

Estos son el tamaño más común del poro del filtro:

- Filtros de 1000 micras, que se utilizan para eliminar las impurezas más grandes como los trozos de cera y propóleos.

- Filtros de 500 micras, que eliminan las partículas más pequeñas.

- Filtros de 300 micras, utilizados para una filtración muy fina, como para retener los restos del polen.

Para nada, de hecho basta con usar agua caliente y un detergente para cada uso. También se aconseja esterilizarlo, para evitar que puedan quedar impurezas que se mezclen con el próximo filtrado.

En realidad no debería, si se hace correctamente. Ahora bien, si decides hacer varios filtrados, sí que podrías afectar a su sabor o textura, como, por ejemplo, eliminando parte del polen, perderá el aroma característico de la miel.

Se suele filtrar después de la extracción y antes del envasado. Ahora bien, algunos apicultores la ofrecen sin filtrar, ya que así conserva sus propiedades naturales.

Sobre todo, pensar en el tamaño del poro, ya que según qué tan grande o pequeño sea, obtendrás una miel más o menos limpia. El material también es importante, pues cada uno tiene sus ventajas y desventajas.

Es importante la capacidad del filtro, ya que esto afectará al volumen de la miel que puedas filtrar. También podrías barajar que fuera un filtro de miel de marca, como los filtros Lyson. Así no solo tendrías la garantía de una marca de prestigio, también su asistencia en el caso de tener algún problema o contratiempo al usar sus productos.