Bancos de decantación

Este recipiente, generalmente de acero inoxidable, está diseñado para que la miel, una vez extraída de los panales, repose y se clarifique.

Con este proceso se consigue que las impurezas más pensadas, como la cera, los propóleos y los restos de abejas, se depositen en el fondo, mientras que la miel, al ser más ligera, se acumula en la parte superior, quedando limpia de impurezas.

Sirve para un proceso que se conoce como clarificación de la miel, en el que se eliminan las impurezas y partículas que puedan quedar en la miel tras la extracción, logrando un producto limpio y transparente.

En algunos casos también se puede utilizar para la maduración de la miel, sin embargo, para esto último siempre es mejor utilizar un madurador.

Los más comunes son unos recipientes que no tienen elementos adicionales, en el que la miel se deposita y clarifica por gravedad.

Los bancos de decantación calefactados son más eficientes, ya que cuentan con un sistema de calentamiento que permite que la miel se mantenga a la temperatura adecuada, facilitando su flujo y evitando la cristalización.

Por último, están los bancos de decantación con filtros, que permiten retener las partículas más pequeñas, logrando una miel mucho más clara.

Son bastante sencillos de utilizar; Todo lo que debes hacer es verter la miel, cuidadosamente, en el banco, evitando agitarla para no resuspendir las impurezas.

Una vez llenado, deja reposar la miel, hasta que notes que han desaparecido todas las impurezas. El tiempo de reposo puede variar según la cantidad de impurezas o de la temperatura. Si usas un decantador calefactado, el tiempo de espera será menor.

Cuando la miel se haya clarificado, extráela con sumo cuidado, dejando las impurezas en el fondo para retirarlas en el proceso de limpieza.

No solo obtendrás una miel que tendrá más calidad, siendo más clara y con un sabor más limpio, sino que además tendrá una vida útil más larga, tardando más en fermentarse. Y, sobre todo, la miel decantada es más fácil de envasar.

Existen otros métodos que se pueden utilizar, sin embargo, son más laboriosos y requerirán más trabajo por tu parte.

Si no quieres tener que perder un tiempo valioso que podrías dedicar a otras labores, te aconsejamos comprar un decantador para clarificar la miel y despreocuparte.

Recuerda que una vez que has clarificado la miel, y la has extraído, todas las impurezas se quedarán en el fondo.

Es importante hacer una limpieza completa de esta parte para eliminarlas, para que los restos no fermenten o puedan afectar a la siguiente tanda de miel. Para ello, utiliza un detergente suave con agua caliente.

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